La velada “Alhama, ciudad de los romances”, Patrimonio Inmaterial de Andalucía


La Velada “Alhama, Ciudad de los Romances” aparece recogida en la Guía Digital del Patrimonio Inmaterial de Andalucía del Patrimonio Cultural de Andalucía.

La catalogación dentro del patrimonio inmaterial andaluz corresponde al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.

La guía señala expresamente lo siguiente:

 "La Velada "Alhama, Ciudad de los Romances", se lleva a cabo al pie de la iglesia de la Encarnación, único templo gótico de lo que antaño fue el territorio del Reino de Granada, sito en la Plaza los Presos, y está organizada por el Patronato de Estudios Alhameños en colaboración con el ayuntamiento de Alhama de Granada. Este encuentro tiene entre otros objetivos resaltar el valor del romance que desde su origen, en el Medievo, pasó a la época actual en forma de copla por transmisión oral. Alhama de Granada, por haber sido encrucijada de caminos entre Granada y Málaga y por la propia gesta de su reconquista, alcanzó gran relevancia histórica durante la Baja Edad Media cuando era una plaza fuerte del Reino Nazarí de Granada.

 Su toma por los cristianos el veintiocho de febrero de 1482, significó el inicio de la Guerra de Granada. Este trascendental hecho se narra en el "Romance de la pérdida de Alhama". Según Bautista Martínez Iniesta afirma en su artículo "Los romances fronterizos: Crónica poética de la Reconquista Granadina y Antología del Romancero fronterizo", con en el que ha pretendido resalta el valor de los romances fronterizos como documentos poéticos de la historia e intrahistoria de dos comunidades enfrentadas, la cristiana y la musulmana, en el reino de Granada, que la serie de romances dedicados a la conquista de Granada se inicia con el "Romance de la pérdida de Alhama".

El romance refleja la conmoción que produjo en el rey de Granada la pérdida de una plaza tan importante y tan cercana a la capital nazarí.
 El romance refleja la conmoción que produjo en el rey de Granada la pérdida de una plaza tan importante y tan cercana a la capital nazarí. En 1482 las tropas de los Reyes Católicos, capitaneadas por Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, tomaron la villa de Alhama, lo que constituyó sin duda un duro golpe para la monarquía granadina. El rey granadino Muley Abul Hasan (1466-1485), trató sin éxito de recuperar la plaza, pues era consciente de que a partir de esa conquista los castellanos tenían allanado el camino para el asalto a la capital del reino. De nuevo se cita a Martínez Iniesta cuando afirma que Menéndez Pidal demostró en su obra "Romancero Hispánico II" (1952), que el "Romance de la pérdida de Alhama" fue escrito en castellano, pero desde una óptica "mora", como ocurrió con otros muchos, ya que "desde antiguo revelan los romances influjo, a veces muy fuerte, de ideas y sentimientos moros, simpatía al pueblo enemigo, pero no traducción de originales árabes".

Cada año, Alhama de Granada, rememora este hecho histórico cuando la Coral del Centro de Día interpreta, dentro de los actos de la Velada, el "Romance de la Pérdida de Alhama", así como el "Romance del Moro Alcaide"
Cada año, Alhama de Granada, rememora este hecho histórico cuando la Coral del Centro de Día interpreta, dentro de los actos de la Velada, el "Romance de la Pérdida de Alhama", así como el "Romance del Moro Alcaide". Son escasas las personas mayores que han retenido en la memoria la letra y saben cantar o reproducir el romance, que aprendieron por trasmisión oral de sus abuelos o en juegos de juventud. No obstante, hay que destacar la labor realizada por algunos maestros de la localidad que enseñaron a sus alumnos la letra con intención de conservar una tradición que se perdía en el tiempo y con ello, aparte de mantener un modo de expresión tradicional, se relataban hechos históricos trascendentes de su localidad. En su estructura y temática, el texto poético, que cada dos versos repite el estribillo "¡Ay de mi Alhama!", se abre con la airada reacción del rey granadino al conocer la pérdida de Alhama cuando paseaba tranquilamente: "Cartas le fueron venidas - que Alhama era ganada. Las cartas echó en el fuego, - y al mensajero matara. ¡Ay de mi Alhama!" Con esta noticia se dirige a la Alhambra para convocar urgentemente a sus vasallos a la guerra: "Los moros, que el son oyeron - que al sangriento Marte llama, uno a uno y dos a dos - juntado se ha gran batalla ¡Ay de mi Alhama!" Después que el soberano les informa de la caída de Alhama, un venerable alfaquí, culpabiliza al Rey de la derrota por haber tomado partido por los cegríes, contra los abencerrajes, durante la guerra civil que enfrentó a ambos bandos. "Por eso mereces, rey, - una pena muy doblada: que te pierdas tú y el reino, - y aquí se pierda Granada. ¡Ay de mi Alhama!" Finaliza el romance con una apología de los vencedores, con la frustración del rey, que regresa a Granada triste y abatido, después de haber intentado sin éxito recobrar Alhama, "¡Ay de mi Alhama!"

(Imagen de la velada de 2017)



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