
El Centro Cultural de Huétor Tájar acogió este 2 de diciembre un emotivo homenaje, enmarcado en las Fiestas de la Democracia, a quienes contribuyeron decisivamente al avance de las libertades en las comarcas de Alhama y Loja.
En un acto cargado de simbolismo, la Subdelegación del Gobierno de España reconoció su compromiso con los valores constitucionales, la participación ciudadana y la construcción colectiva de la democracia.
En el marco del programa nacional “España en Libertad. 50 años”, la Subdelegación del Gobierno de España en Granada quiso detener el tiempo para agradecer a quienes, desde los pueblos y desde la vida cotidiana, ayudaron a cimentar la democracia que hoy disfrutamos. Entre todos los nombres homenajeados, brillaron con luz propia tres figuras profundamente ligadas a la comarca de Alhama, referentes por su humanidad, su trabajo público y su defensa inquebrantable de los principios democráticos: Juan Cabezas Moreno, Juan Miguel Ortigosa Palma y Manuel Cheli.

Juan Cabezas Moreno: la voz que abrió caminos
Pionero de la comunicación en la comarca, Juan Cabezas Moreno es reconocido no solo por su labor informativa, sino por su papel como puente social en tiempos en los que la palabra —clara, valiente y honesta— era un motor de transformación. Su compromiso con la verdad, su capacidad para acercar la información a todos los rincones y su sensibilidad hacia las realidades locales lo convirtieron en un referente.
Con una trayectoria marcada por la ética y los valores democráticos, Juan Cabezas contribuyó decisivamente a fortalecer una ciudadanía informada y participativa, imprescindible en cualquier sociedad libre.

Juan Miguel Ortigosa Palma: política desde la convicción y el servicio
Activista político y concejal en Zafarraya, Juan Miguel Ortigosa Palma representa la esencia del municipalismo que tanto ayudó a consolidar la joven democracia española. Su labor se apoyó en un profundo sentido del deber, en la escucha activa y en la capacidad de transformar problemas en consensos.
Ortigosa defendió con firmeza las libertades públicas, la participación y la justicia social, siempre desde una mirada humana y cercana. Su trayectoria es testimonio de que la democracia se construye desde abajo, desde los pueblos y desde la convicción personal de que cada paso cuenta.

Manuel Cheli: la medicina al servicio de la comunidad
El doctor Manuel Cheli, ligado durante décadas al servicio público sanitario en la comarca de Alhama, especialmente en Santa Cruz del Comercio, encarna el valor de quienes entienden la salud como un derecho y la atención médica como un deber humano. Más allá de su profesionalidad incuestionable, Cheli ha sido símbolo de dedicación, acompañamiento y compromiso social.
Su trabajo, impregnado de valores éticos y de una profunda sensibilidad hacia las personas, contribuyó a mejorar la calidad de vida de generaciones enteras, consolidando un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática: el acceso universal al bienestar.

Los homenajeados de Loja: pasos firmes en la senda de la libertad
El acto también reconoció a figuras esenciales en el avance democrático de Loja, como Manuel Martín Rodríguez, primer alcalde democrático del municipio tras 1979, y Carmen Cárdenas Serrano, primera mujer concejala. Ambos contribuyeron desde la responsabilidad pública a fortalecer las instituciones locales, a ampliar derechos y a impulsar la representación de todos en un momento crucial para el país.

Un homenaje para reivindicar memoria, principios y futuro
Las Fiestas de la Democracia buscan, como señaló el subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla, reconocer el camino recorrido y reafirmar el compromiso colectivo con los valores constitucionales. Un homenaje que mira hacia atrás con gratitud para proyectar hacia adelante una sociedad más libre, plural y cohesionada.
La actuación de Teresa Mood estuvo presente en un acto cargado de emoción, donde la comarca de Alhama volvió a demostrar que sus gentes han sido —y siguen siendo— protagonistas silenciosas pero imprescindibles del avance democrático.

El director, Juan Cabezas, noticia de primera plana
por Andrés García Maldonado
El anochecer de este pasado miércoles el Centro Cultural de Huétor Tájar ha sido excepcional testigo de un acto de justicia. Sí, de un acto firme y claro de reconocimiento por unas entregas de todo tipo, aunque todas enfocados a tan loable y elevado fin, de casi cincuenta años en favor de los demás y de nuestras poblaciones de esta parte de nuestra provincia en particular.
Se dedicaba, en general, a todos aquellos que sí creyendo en la democracia y se entregaron en cuerpo y alma a la tarea de iniciarla y consolidarla dentro de sus posibilidades, pero sin regateos. Realmente a favor de todos. Y en particular, se consideró que era llegado el momento, se simbolizaba -es imposible hacerlo a cientos de personas una por una- a un grupo de varias localidades granadinas que, por sus probadas actuaciones y méritos cada una de ellas sí representaban a todos.
La Subdelegación del Gobierno de España en nuestra provincia, eligió a tres personas bien conocidas y apreciadas por sus hechos, como representantes de estas comarcas. Como son Juan Cabezas de Alhama, Juan Miguel Ortigosa Palma de Zafarraya y Manuel Cheli, médico que ejerció en nuestra tierra. Los que, asumiendo y sintiendo profundamente el porqué eran elegidos, aceptaron sabiendo bien el honor que ello supone y también les sitúa en su pensamiento de ciudadanos de pro.

Por supuesto nuestro reconocimiento y consideración hacia los representados, pero más aún hacia cuantos recibieron la distinción emocionados, porque palpaban profundamente que su significado debe ser redundar en la obligación de que ser demócrata es servir a la sociedad respetando al adversario, como tal y jamás tratarlo como enemigo, haciendo entre todos una sociedad cada vez mejor.
Así, felicitamos a todos los que subieron al escenario en esta tarde histórica de Huértor Tájar pero, más aun, a los miles que representaban en su diversidad de ideas y posturas políticas que sí han luchado limpiamente, en el transcurso de todos estos años de la Transición, a favor de la auténtica consolidación de la verdadera DEMOCRACIA en todas los lugares de nuestra España, comenzando por nuestras provincias y cada uno de nuestros pueblos.
Y en este caso concreto de anteayer, resulta que el creador y director de este medio de comunicación, al que se asoman a diario varios miles de personas, el auténtico mantenedor del mismo, ha sido uno de los justamente elegidos y, por lo tanto, tiene la obligación de aceptar y dar la noticia del acto en el que era protagonista y fue cubierto por uno de los colaboradores de “Alhama Comunicación” que aprecia y comparte una noble e imperecedera amistad: Pedro Martín Fernández.
Esto sucede cuando, precisamente, el periodista se convierte en noticia y Juan Cabezas Moreno, la mayor representación de medios de comunicación de todo tipo en la Historia de la Comarca de Alhama, se ha convertido, por justicia y una entrega de toda una vida a nuestra amada Alhama, en noticia de primera plana por méritos propios de más de cuarenta años, como ha quedo bien claro.

Juan Cabezas: El hombre que dio voz a Alhama durante medio siglo de democracia
El alhameño que fundó una radio, un periódico, una web y una televisión... de su propio bolsillo
por Pedro Martín Fernández
Hace casi 70 años nacía Juan Cabezas Moreno en el barrio de La Joya de Alhama de Granada, aunque según me contaba en la tarde de ayer en el estudio en el que casi todos los días nos reunimos para planificar proyectos, debatir ideas o simplemente para tomarnos un wiski, el se sigue viendo igual que cuando tenía 20 años, envidio su optimismo.
Juan se educó en los Claretianos y estuvo a un paso de ordenarse sacerdote. Pero la vida, que nunca pregunta cuándo es buen momento, lo puso a prueba demasiado pronto. Con apenas 18 años perdió a su padre y tuvo que dejar los estudios para convertirse en el nuevo cabeza de familia. Estoy casi seguro que la Iglesia perdió un gran cura, pero Alhama ganó a un gran vecino.
Juan empezó a trabajar en la gasolinera de Alhama pero pronto cambió y pasó a ser empleado de banca. Y no fue un empleado cualquiera: trabajó con empeño, ascendió y llegó a ocupar cargos destacados en Caja Granada. Aprendiendo por el camino, adaptándose a los tiempos de manera autodidacta y con un excelente trato hacia sus compañeros.
Pero la especial conexión de Juan con la sociedad de Alhama, lo que lo une para siempre con este pueblo, son los medios de comunicación. En 1979 se incorpora a la revista Marchan, una publicación hecha por jóvenes, con pocos recursos, pero con mucha ilusión. Cuenta las malas lenguas que Juan criticó la revista… y le respondieron: “si eres capaz de hacerlo mejor, únete”. Y vaya si se unió, se convirtió en una pieza fundamental de este equipo de chavales que luchaban por los principios democráticos en nuestro país.

Al año siguiente, en 1980, contribuyó a recuperar el Carnaval de Alhama tal y como lo conocemos hoy. Promocionó murgas y comparsas, impulsó tradiciones prohibidas durante los años de la dictadura y creó un espacio donde los alhameños pudieran demostrar su ingenio, identidad y alegría. Desde entonces, el Carnaval no ha vuelto a faltar en las calles alhameñas convirtiéndose en uno de los pocos carnavales rurales que quedan en Andalucía y que conserva la tradición de celebrarse en la fecha que la Iglesia reserva para tal festividad. Este mismo año Juan ha sido requerido para presidir la asociación cultural-carnavalera “¡Uy qué Torpe!”, un cargo que Juan ha aceptado de buen grado demostrando que casi medio siglo después, y pese a atravesar un momento delicado de salud, aún le queda mucha guerra por dar.
En 1984 llegó una de sus grandes obras: Radio Alhama. Una emisora local donde todos tenían voz: agricultores, jóvenes, asociaciones, vecinos… Más de cien jóvenes participaban en la programación. Y como no cabían todos, Juan creó otra emisora paralela: Radio Alhama Joven. Con muy pocos recursos Juan había creado un medio de comunicación de calidad gracias a su inventiva y su carácter inquieto.
En 1992, nace el periódico Alhama Comarcal, pensado para conectar a toda la comarca de Alhama. Juan buscó corresponsales en cada pueblo para intentar cubrir todos los eventos sociales y hacer latentes las actividades que se celebraban en cada rincón de nuestra Comarca.

En 1997 empezó una aventura que parecía casi de locos: la web alhama.com, cuando internet era todavía un territorio desconocido, Juan se autoformó para construir el mismo su propia página web, una web que tras casi treinta años recibe miles de vistas diarias siendo un orgullo para sus vecinos y una ventana al pueblo, para los alhameños que durante los tiempos oscuros anteriores a la transición, se vieron obligados a salir de nuestra tierra.
Por esas fechas Juan intentó incluso poner en marcha también una televisión local.
Y aunque el proyecto no terminó de cuajar por cuestiones económicas, fue lo suficientemente efectivo como para emitir durante unos tres años, incluyendo la visita del entonces príncipe Felipe a Alhama de Granada.
Y todo esto, sin financiación, sin publicidad, sin pedir nuca nada a cambio. Solo con su esfuerzo y su bolsillo. Porque Juan no fundaba medios para ganar dinero: los fundaba para dar voz a quien quisiera hablar y que la historia reciente de los alhameños no cayera en el olvido.
Miles de artículos, fotos, vídeos y entrevistas se han convertido en recuerdos que hoy , casi 50 años después, siguen vivos gracias a Juan en el inabarcable archivo de Alhama Comunicación.
Los que han colaborado con él saben que Juan no solo crea medios: crea comunidad. No cuenta la historia de Alhama desde fuera; ayuda a que sea Alhama y su Comarca quienes cuenten su propia historia.
Durante los difíciles años de la transición, cuando nuestro país cambiaba y no sabía muy bien hacia dónde ir, Juan fue una voz firme, tranquila, promotora de igualdad, de respeto y de tolerancia. Y hoy día, viendo el devenir de la sociedad en la que estamos inmersos, infectada de bulos y opiniones sesgadas, camufladas bajo la bandera de la libertad de expresión, su labor honesta, veraz y desinteresada, sigue siendo más necesaria que nunca.
Termino, quiero concluir diciendo que Juan,
más que un hombre al uso
que sabe de su doctrina,
es,
en el buen sentido de la palabra,
bueno.
Y al cabo nada nos debe,
le debemos cuánto ha escrito,
a su trabajo acude,
con su dinero paga el traje que le cubre
y la mansión que habita, el pan que le alimenta
y el lecho en donde yace
y cuando llegue el último viaje
y esté al partir la nave
que nunca ha de tornar
le encontraréis a bordo,
ligero de equipaje,
casi desnudo,
como un niño jugando
en el enchinar.

Juan Miguel Ortigosa Palma: 50 años de compromiso con la democracia y el cambio social en Zafarraya
por Mirian Frías Sánchez
Juan Miguel Ortigosa Palma encarna el espíritu de cambio que transformó España hace 50 años. Comprometido, luchador y cercano a su pueblo, su trayectoria política y social refleja la fuerza de quienes hicieron posible la consolidación de la democracia en Zafarraya.
Juan Miguel Ortigosa Palma es un ejemplo del espíritu de cambio de aquellos hombres y mujeres que trajeron la transformación en aquella España de hace 50 años. Comprometidos y luchadores sin descanso en todos los aspectos de la vida de un pueblo:
Empezó su compromiso a finales de los 60 al calor de las nuevas corrientes que provenían de Europa con el mayo francés: frente al conservadurismo de una sociedad que asfixiaba a la juventud la liberación de costumbres y la participación política que empezaban a pedir la sociedad española de la época.
Militante desde aquella época de partidos izquierdistas como el Movimiento Comunista de Andalucía, consiguió su primera acta de concejal con esta formación en las primeras elecciones municipales de 1979.
A pesar de estar en la oposición, se integró en el grupo de gobierno del PCE, que había ganado las elecciones y fue inseparable de los concejales de este grupo, en el que se integró como militante en 1981. Concejales como Chica, Julio o su hermana Teresa, con los que se mantuvo en los sucesivos equipos de gobierno local de Zafarraya bajo las siglas del PCE y luego del Partido de los Trabajadores de España de Santiago Carrillo.
La caída del Muro de Berlín y del bloque soviético a inicios de los 90 le lleva a una profunda reflexión, que termina con su integración en el PSOE, del que fue concejal hasta 1999 y en el que mantiene su afiliación hasta la actualidad.
Paralelamente a su actividad política, como hombre de la Transición y de aquellos años tan fructíferos, participó además en movimientos sindicales, promoviendo la implantación en el Llano de Zafarraya de sindicatos como CCOO, SOC, UAGA y UPA; movimientos cooperativos como El Polje o Hortollano, para la comercialización de productos agrarios o la primera gran comunidad de regantes, La Volaera.
Sirvan estas palabras de presentación, pero también de mi agradecimiento en nombre del Ayuntamiento y del pueblo de Zafarraya, a sus labores política, cultural y social y sobre todo, a su participación hace ya 50, en la llegada y consolidación de la democracia a nuestros pueblos.

Manuel Cheli: Medio siglo de compromiso democrático desde una consulta rural
por Ángeles Jiménez
Este 2 de diciembre de 2025, en el marco de las celebraciones del 50 aniversario de la democracia española, el Gobierno de España reconoce al doctor Manuel Cheli por su contribución decisiva a la consolidación democrática en la provincia de Granada
Hay personas cuya vida entera se convierte en una lección de democracia vivida. El doctor Manuel Cheli es una de ellas.
Nació en Siria, en una tierra que el conflicto convertiría en sinónimo de dolor y éxodo. Llegó a España a finales de 1963, apenas un joven con un sueño: ser médico. No sabía entonces que su historia personal se entrelazaría con la de la democracia española, que sus cuatro décadas de servicio en una comarca rural granadina serían reconocidas medio siglo después como parte fundamental de la consolidación democrática del país.
Comenzó sus estudios en Madrid, pero Granada lo llamó con una fuerza que él mismo describiría como inexplicable. En la Facultad de Medicina granadina terminó su licenciatura, conoció a Edi —quien sería su compañera de vida— y formó una familia con cuatro hijos. Pero su compromiso iba más allá de lo personal: durante siete años fue presidente de los estudiantes sirios en España, estableciendo vínculos con embajadores y cónsules, demostrando ya entonces una capacidad de liderazgo y compromiso social que nunca lo abandonaría.
En 1980, cuando España tenía apenas dos años de Constitución democrática, llegó a Santa Cruz del Comercio. Era extranjero, con un acento que delataba su origen, en un pueblo pequeño que apenas empezaba a asomarse a la democracia. La desconfianza inicial fue mutua. Él mismo confesaría años después, con esa honestidad que lo caracteriza, que su primer pensamiento fue marcharse en cuanto pudiera.
Pero no se marchó. No pudo. Porque algo extraordinario ocurrió: ese médico de ojos oscuros y acento extranjero, y ese pueblo de corazón abierto, se reconocieron como familia.
Durante más de cuatro décadas, mientras España consolidaba sus instituciones democráticas y construía el Estado de bienestar, el doctor Cheli ejerció la medicina como expresión práctica de los valores democráticos: igualdad, solidaridad, servicio público. Su consulta era un espacio donde todos eran atendidos por igual, sin importar su capacidad económica o su origen. Atendía emergencias de madrugada, salía en plena noche a buscar qué casa tenía la luz encendida porque sabía que ahí alguien lo necesitaba. Junto a su esposa Edi trajo al mundo a decenas de bebés, incluyendo trillizos y prematuros de seis meses.
Pero su compromiso fue más allá de Santa Cruz. Abrió consultas en Buenavista y Seco de Lucena, lugares sin atención médica, materializando el principio democrático de la igualdad territorial: vivir en un pueblo pequeño no debía significar ser ciudadano de segunda. Cuando le ofrecieron un puesto en Lanzarote, su destino soñado, el dilema entre su sueño personal y abandonar a sus pacientes le generó tal estrés que sufrió una hemiplejia. Se recuperó, pero la decisión estaba tomada: no dejaría a su gente.
Este episodio define su talante democrático: anteponer el servicio público al beneficio personal, entender que su trabajo era una responsabilidad social antes que una transacción económica, comprometerse con una comunidad más allá de los contratos laborales.
Cuando se creó el Centro de Salud, trabajó para convertirlo en uno de los mejor valorados de Andalucía. Para él, la sanidad pública no era solo un sistema, era la materialización de un derecho fundamental: toda persona debe recibir atención de calidad independientemente de su capacidad económica.
En mayo de 2025, Santa Cruz del Comercio le tributó un homenaje multitudinario. El Centro de Salud lleva ahora su nombre. Asistieron autoridades nacionales, alcaldes de toda la provincia, cientos de vecinos. Cuando le tocó hablar, prescindió de papeles. Con los ojos húmedos y la voz quebrada, dijo las palabras que resumen toda una vida: "Vosotros sois mi familia. Tengo mi familia de sangre, pero vosotros sois mi segunda familia. Y esto no lo olvidaré nunca".
Ahora, este 2 de diciembre de 2025, el Gobierno de España lo reconoció oficialmente en el marco de las celebraciones del 50 aniversario de la democracia. No es solo el reconocimiento a un médico jubilado. Es el reconocimiento a medio siglo de compromiso con los valores democráticos, vividos día a día en una consulta rural.
Su historia interpela nuestro presente. En tiempos de xenofobia creciente, demuestra que los inmigrantes pueden ser los mejores ciudadanos. En tiempos de cuestionamiento de lo público, ejemplifica que la sanidad universal es posible y necesaria. En tiempos de individualismo, enseña el valor del servicio a la comunidad. En tiempos de cinismo, muestra que la democracia se construye con compromisos cotidianos.
El doctor Manuel Cheli es el médico rural que conoce a cada paciente por su nombre y su historia. Es el inmigrante que enriqueció la comunidad que lo acogió. Es el servidor público que nunca confundió su profesión con un negocio. Es el demócrata que defendió con su práctica diaria el derecho universal a la salud. Es el socialista que vive sus valores en cada acto.
Es, como dijeron en su homenaje, "un hombre bueno en el buen sentido de la palabra bueno".
Hoy, jubilado pero eternamente vinculado a su comarca, puede mirar hacia atrás con la satisfacción de quien sabe que su vida ha tenido sentido. Ha cuidado a cientos de familias, ha salvado incontables vidas, ha sido consuelo en el dolor y alegría en la celebración. Ha sido, en definitiva, uno de esos constructores silenciosos de la democracia española.
Cuando los vecinos de Santa Cruz del Comercio pasen frente al Centro de Salud que lleva su nombre, recordarán siempre que un día llegó a su pueblo un hombre de tierra lejana, con acento extranjero y corazón inmenso, que los cuidó como solo puede cuidar quien considera a sus pacientes su familia.
Y cuando España celebre sus cincuenta años de democracia, debe recordar también que esa democracia se construyó no solo en los parlamentos, sino en cada consultorio médico donde se atendía por igual a todos, en cada pueblo donde un servidor público decidía quedarse cuando podía marcharse, en cada gesto cotidiano de compromiso con el bien común.
Porque la patria del doctor Manuel Cheli no está definida por un pasaporte o un lugar de nacimiento. Su patria está donde está su gente, donde están los que ama y los que lo aman. Su patria es Santa Cruz del Comercio, es la comarca de Alhama, es cada pueblo donde ejerció la medicina con humanidad.
Su patria es el corazón de todos aquellos a quienes cuidó.
Y esa patria, construida sobre valores democráticos de igualdad, solidaridad y servicio público, es la que España celebra este 2 de diciembre de 2025.
"Los llevo en el corazón, mientras viva"
El álbum de fotos de este acto
























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