El municipio de Jayena celebró el pasado sábado, 14 de junio, su tradicional Romería en honor a San Antonio de Padua, una cita que se consolida, tras 42 años y 39 ediciones, como uno de los eventos más emblemáticos del calendario festivo y cultural de la localidad.
A pesar de las altas temperaturas, que alcanzaron los 40 grados en las horas centrales del día, la jornada transcurrió con total normalidad y sin incidencias reseñables, gracias a la colaboración ciudadana y al trabajo coordinado de los cuerpos de seguridad, protección civil, y servicios sanitarios.
Como manda la tradición, la imagen de San Antonio recorrió el camino desde su ermita hasta la Plaza de la Iglesia y, desde allí, hasta la zona recreativa del “Bacal”. A lo largo del trayecto, vecinos y visitantes acompañaron con devoción la imagen del santo, en un ambiente festivo, respetuoso y marcado por el espíritu de hermandad que caracteriza esta celebración.
La romería contó con la presencia de carrozas decoradas, caballistas, música, trajes típicos y un notable ambiente de convivencia, confirmando una vez más su relevancia como expresión del patrimonio cultural contemporáneo de Jayena.
No obstante, la edición de este año también ha dejado al descubierto ciertos signos de desgaste en su estructura organizativa. La comisión de fiestas estuvo formada únicamente por 18 romeros, frente a los 24 que tradicionalmente asumían esta responsabilidad, lo que ha encendido las señales de alerta sobre el futuro de la romería.
“Cada año cuesta más encontrar gente que quiera implicarse. La ilusión sigue viva, pero hace falta más respaldo”, coinciden en señalar muchos vecinos, quienes apelan a un mayor compromiso institucional. En este sentido, se reclama al Ayuntamiento una implicación más decidida que no se limite al apoyo formal, sino que apueste por la promoción, mantenimiento y fortalecimiento de una celebración que ya es parte esencial de la identidad jayenera.
San Antonio de Padua, figura central de esta festividad, es venerado como patrono de los pobres, defensor de los humildes y protector de las causas difíciles. Su imagen, portada sobre la carroza principal, fue objeto de plegarias y vítores a lo largo de toda la jornada, en una demostración de fe colectiva que sigue siendo el alma de esta tradición.
Desde la organización, se ha agradecido públicamente el comportamiento ejemplar de los asistentes, así como el compromiso de los cuerpos de seguridad, emergencias y personal sanitario, cuya labor resultó clave para el desarrollo seguro del evento.
La Romería de Jayena 2025 concluye así con un balance positivo en participación y convivencia, pero también con importantes retos de cara al futuro. El propósito es claro: trabajar desde hoy para asegurar la continuidad y revitalización de una tradición que forma parte del alma misma de la Villa de Jayena.
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