Siempre han sido los españoles los que han demostrado su valor y gallardía en la lucha contra el fascismo en Francia. La pena es que no demostraran esos valores en España.
Querida alcaldesa de París:
Antes de nada, le pido disculpas por el tono de esta carta, que creo que me va a salir tristona y apesadumbrada. Tal vez pueda disculparlo el hecho de que escribo el catorce de abril, fecha que, para los republicanos españoles, lejos de ser festiva, es más bien luctuosa. Por lo que, como en la canción de Machín (creo) “pudo haber sido y no fue”.
Mi intención no es aumentar sus pesares con los míos; nada más lejos de mi ánimo que eso. Lo diré claramente, lo que quiero es felicitarla por su valentía al asumir de antemano una derrota sin paliativos. Alguien tenía que hacerlo y ha sido usted, que además de una señora, es Dama de la Legión de Honor. Como compatriota español y como paisano andaluz me congratulo de que haya sido usted la que ha decidido dar la penúltima batalla antes de retirarse para la próxima. Siempre han sido los españoles los que han demostrado su valor y gallardía en la lucha contra el fascismo en Francia. La pena es que no demostraran esos valores en España.
Preferiría a Abascal de Presidente de la República, con la esperanza de que saliese del cargo en cuatro años
Por otra parte, la verdad es que corren malos tiempos para todas las personas de izquierda o, simplemente progresistas, y no es únicamente en Francia donde el fascismo anidado en las propuestas racistas de Le Pen puede gobernar, tampoco en España las cosas nos van mucho mejor. Pero claro, entre la disyuntiva de poder elegir entre Macron y Le Pen o quedarnos, primero con el padre y luego con el hijo, como nos pasa a los españoles, está perfectamente claro: Preferiría a Abascal de Presidente de la República, con la esperanza de que saliese del cargo en cuatro años a lo que ahora tenemos, que es vitalicio y transmisible como si la Jefatura Estado fuese una empresa familiar. Y dicho esto, le deseo al actual Rey de España una larga vida. No sea que nos pase como en el cuento de la vieja y el Rey. Otro día que no esté cariacontecido, apesadumbrado y meditabundo ya lo cuento, si eso.
La razón de que estemos donde estamos las gentes de izquierda no hay que buscarla más que en nuestros errores cuando hemos gobernado o cuando o gobernamos, aquí mismo las últimas actuaciones de Pedro también nos incomodan a quienes le votemos. Y en nuestra Andalucía fue otra dama la que contribuyó, y no poco, con sus errores a que la derecha tricéfala gobierne y tenga esperanzas de volver a repetir gobierno.
...“aquí cabemos todos”, incluso los votantes de Vox, o no cabe ni Dios
Pero ni este es el lugar ni yo soy quién para dar explicaciones de la causa de que cada vez más gente trabajadora prefiera a Abascal como gobernante que a un magrebí o subsahariano como vecino. Yo, que tengo muchos vecinos magrebís los prefiero a ellos cerca y a Abascal bien lejos, Pero, en fin, eso son cuestiones personales y manías mías, que desde que estudié el ideario comunista y los evangelios tengo por cosa cierta que todos somos hijos de la misma estrella o del mismo Dios, que eso ya va en las creencias de cada cual, y tengo amigos ateos, como usted señora Hidalgo y amigos creyentes en los más variopintos credos. Y, Víctor Manuel dixit, “aquí cabemos todos”, incluso los votantes de Vox, o no cabe ni Dios.
Y dicho esto ya me voy despidiendo con el deseo de que sea un hasta la vista y no un adiós definitivo y que dentro de unos años pueda repetir esta carta felicitándola por su victoria en la presidenciales.
Que el Universo le sea propicio y que París le deje algún tiempo libre para venir a las playas de Cádiz que usted sabe que valen la pena. O las de Granada.
Un fraternal abrazo, Señora Hidalgo.
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario y fomentar la participación. Se publican en breve.