Plaza Duque de Mandas, cuando el paso del tiempo hace justicia


“No reconocer la generosa entrega de los demás, es de mezquinos”

 Plaza Duque de Mandas. La vida y los hombres, como bien refleja la Historia desde que es tal, por no entrar en la misma Prehistoria, permanentemente, tiene sus curiosidades y anécdotas, además de los hechos rigurosos y los manipulados, los objetivos y los interesados. En tantas ocasiones, el transcurrir de los años, hace que se imponga la justicia que se eludió o regateó en su momento.

La separación entre la Alhama antigua y la nueva, por medio de un barranco, era notable

 Con los catastróficos terremotos de la noche de Navidad de 1884, la destrucción y la muerte campearon a su maldito capricho por más de cien poblaciones de las provincias de Granada y Málaga, desapareciendo algunas como Arenas del Rey o quedando prácticamente afectadas en su conjunto como Alhama. Entonces con 7.758 habitantes, padeció hasta 463 muertos –se llegó a afirmar esta cifra, pero fueron menos, lo que no le quita transcendencia a las pérdidas padecidas- y otros tantos heridos de consideración, y 1.247 edificios destruidos con prácticamente los demás, en todo el término municipal, afectados en alguna medida.

Alfonso XII llegó a pueblos de nuestra comarca, siendo lamentable que no lo hiciese al de Jayena, que sufrió duramente aquella catástrofe, quien preparó el itinerario de visitas sabría porqué

 Alfonso XII llegó a pueblos de nuestra comarca, siendo lamentable que no lo hiciese al de Jayena, que sufrió duramente aquella catástrofe, quien preparó el itinerario de visitas sabría porqué. El primero en recibirlo fue Alhama, a partir del domingo 11 de enero de 1885. Luego seguiría por otros de las provincias de Granada y Málaga, retornando a Madrid el día 22. Lo cierto es que trajo consuelo y la ayuda que él pudo, pero sobre todo hizo posible la gran proyección nacional e internacional de la tremenda catástrofe que se vivía. Sumándose así a la inmensa labor desarrollada por Luis Seco de Lucena, director de “El Defensor de Granada”, prácticamente desde los días siguientes al seísmo y, a continuación, todos los periódicos nacionales. Quedó bien clara la realidad de la tragedia acontecida que provocó el mayor ejemplo de solidaridad nacional e internacional que, hasta entonces, se había visto en este país.

 Todas las provincias españolas mandaron su aportación económica así como números países, en especial los europeos y americanos, alcanzándose una cantidad cuyo poder adquisitivo efectuando al día de hoy en euros no estaría muy distante de los quinientos millones, si no hemos hecho mal las operaciones. Ello además de otras muchísimas aportaciones de instituciones, entidades de todo tipo y hasta países que llevaron a cabo su ayuda levantando barrios y grupos de casas, realizó todo tipo de edificaciones, reedificaciones y construcciones por los muchos pueblos afectados.

 Para coordinar todo esto y en especial para emplear correspondientemente las aportación dineraria indicada, a propuesta del mismo rey y en sesión del gobierno de la nación del 13 de abril de 1885, presidida por Antonio Cánovas del Castillo, se nombraba Comisario Regio para la Reedificación de los Pueblos Destruidos por los Terremotos en las Provincias de Granada y Málaga a don Fermín de Lasala y Collado, duque de Mandas.

Don Fermín de Lasala y Collado, duque de Mandas ante su domicilio de San Sebastián

A los 25 años fue elegido diputado a Cortes, luego senador, fue embajador especial en Paris y en Londres, se enfrentó a los fueristas vascos
 Político e historiador guipuzcoano, ministro de Fomento hasta 1881 con Cánovas. A los 25 años fue elegido diputado a Cortes, luego senador, fue embajador especial en Paris y en Londres, se enfrentó a los fueristas vascos, gran empresario en la minería, negocios agrícolas y en la construcción de ferrocarriles, como el de Madrid-Irún; miembro de las Cortes prácticamente desde 1857 hasta su fallecimiento en 1917, en el senado desde 1877 igualmente hasta su fallecimiento; presidente del Consejo de Estado, etc. Toda una figura y personalidad política, intelectual, empresarial y económica de su tiempo.

 Y claro está la transcendental coordinación de la inmensa inversión, comprendiendo la decisión de las edificaciones y actuaciones en general a emprender, dependían ante todo de él, hombre claro y honesto, el que por su familia como por la de su esposa tenía ya una enorme fortuna. Es evidente que habían de contar, igualmente, los deseos e intereses de las poblaciones totalmente legítimos y razonables así como la no siempre justa y honrada actuación de constructores, comisionistas, algún alcalde y otros cargos corruptos. Surgiendo por no pocas partes los intereses de propietarios de buscar la venta de sus terrenos o de evitarla si no les convenía, obstaculizando las propuestas y decisiones de dónde se habían de edificar viviendas, o a quién se asignaba la realización de tantas y tantas obras de todo tipo a realizar por poblaciones de las provincias de Granada y Málaga. Lo que no supuso pocos enfrentamientos y duras llamadas al cumplimiento del mismo Comisario Regio para poner orden y honradez acá y allá. Aunque también por parte de la Comisaria Regia se produjeron errores, no estando a la altura que debian varios de sus más importantes técnicos, como, por ejemplo, cuando a finales de 1886, comenzaron a salir y producirse fallos en las obras que se llevaban a cabo en Alhama, la caída de un importante muro de contención, el alcantarillado del barranco de los Aserraderos, etc.

Arriba la Plaza recién urbanizada verano de 1967, y abajo prácticamente desde el mismo sitio en 2021

Un ejemplo positivo a destacar fue en Arenas del Rey. El que jamás me he cansado de repetir y difundir. Como se sabe, el pueblo cayó prácticamente entero, desplazándose su nueva edificación íntegramente a otro lugar
 Un ejemplo positivo a destacar fue en Arenas del Rey. El que jamás me he cansado de repetir y difundir. Como se sabe, el pueblo cayó prácticamente entero, desplazándose su nueva edificación íntegramente a otro lugar. Elegido el sitio apropiado, todo el terreno de secano y una pequeña suerte de riego, cuando se pensó que surgirían los mismos y difíciles problemas para su adquisición, como en tantas partes, intentando aprovecharse los propietarios, los dos de estos terrenos necesarios los cedieron en su totalidad gratuitamente y, además, indicaron que si hacían falta más los cederían también. Se trató de Pedro Moreno Ramos y Pedro Ramos Rodríguez, el primero donó 66.581 metros cuadrados de secano y el segundo 19.786 de secano y 575 de regadío. Arenas jamás los olvidó, en las seis o siete conferencias o charlas que tuve el honor dar en esta población en las década de los años ochenta y noventa, como cuando propuse, en tres sesiones distintas, el escudo y la bandera de esta villa, y cuando rendimos homenaje a su Hijo Adoptivo Luis Seco de Lucena, en 2004, y en el libro que sobre el ilustre periodista se me publicó, como en artículos de “Alhama Comunicación”, los recordé e incluimos en el reconocimiento general.

 En nuestra ciudad, como recoge la Memoria del Comisario Regio, se adoptó, no tras pocas discusiones y planteamientos, unos más interesados que otros, el llamado Hoyo del Ejido, que estaba situado a unos 200 metros al norte de la población entre las carreteras que partían para Loja y Granada, la que tenía un declive hacia el Balneario, y podía abastecerse fácilmente de aguas potables por estar a nivel inferior, no combatiéndole los vientos del sur y poniente y no había noticia de que hubiese sufrido movimiento de terreno, ni tampoco de que se hubiese agrietado. La compacidad del suelo, lo que además se había mejorado con la cimentaciones de lo edificado, así como con los importantes trabajos de saneamiento y obras de desagüe que se habían practicado para evitar toda clase de humedades, mejoraron la ubicación, aunque siempre tuvo quienes no estuvieron a favor de la misma. Los geólogos y demás técnicos apoyaban la teoría de la Comisaria Regia.

Bordeando el barranco se accedía a la calle Fuerte, antes de esa calle no había nada, sólo el terraplén

...ya estaban sacados también los cimientos de las 24 casas que hizo posible el periódico “El Imparcial”, cuando aún no estaba creaba la Comisaria Regia.
 Los mismos vecinos de Alhama fueron en aquellos días en su gran mayoría a instalar sus albergues provisionales aquí. En ese lugar se colocaron también las 40 casetas que levantó el Círculo Mercantil de Sevilla, y así como ya estaban sacados también los cimientos de las 24 casas que hizo posible el periódico “El Imparcial”, cuando aún no estaba creaba la Comisaria Regia. También se ubicaron las nuevas construcciones patrocinadas por la República Argentina, las ciudades de Jaén y Priego, el Gremio de Carpinteros de Madrid, etc.,

 Así se llevó a cabo todo el casco nuevo, con algunas protestas entre algunos vecinos que preocuparon al mismo Don Fermín que, en todo momento, intentó actuar con limpieza y hacer que los demás también fuesen capaces de superar sus intereses personales de vender terreno o sacar tajada por algún lado. Elevando los precios de los materiales, por ejemplo. Fueron poco más de dos años y medio de aguantes y en ocasiones de tensiones, hasta con el entonces Ayuntamiento de Alhama por causa de éste y de responsables de la misma Comisaría Regia, aunque con su alcalde, José Parejo Moran, siempre hubo cordialidad mutua, hasta el punto de alojarse don Fermín en su casa cuando venía a Alhama.

El día de la inauguración del nuevo barrio, donde se observa parte del barranco y terraplén

Llegó el día de la inauguración del nuevo barrio, el 24 de junio de 1887, y todo fueron felicitaciones y distinciones
 Llegó el día de la inauguración del nuevo barrio, el 24 de junio de 1887, y todo fueron felicitaciones y distinciones. Se distribuyeron las viviendas y el Comisario Regio estuvo arropado por el ministro de Fomento, Carlos Navarro Rodrigo, y la totalidad de autoridades de la provincia así como representaciones de todo tipo y algunos alcaldes, especialmente de los pueblos de la comarca y afectados por los terremotos.

 Celebrado el acto de entrega de las viviendas, finalizados los actos festivos, ya en los días últimos del mes de junio de 1887, arreciaron las críticas a la Comisaria Regia y a su titular, don Fermín, por parte de algunos alhameños en el sentido de que había sido poco acertada la gestión de la Comisaria Regia, como se recoge en escrito publicado el 30 de junio de dicho años en “El Defensor de Granada”. Todo por el lugar elegido de la Hoya del Ejido para las nuevas edificaciones. Alegaban que si no hubo en esos terrenos destrucción era porque, precisamente, no había edificaciones salvo el cementerio de Alhama, que sí quedó totalmente derruido: “Puede decirse que fue el cementerio lo más dañado por los terremotos. ¡Hasta los muertos salieron de los nichos!” También manifestaban que en el pueblo se habían caído muchas casas porque estaban construidas con tierra y cascotes, mientras que las bien construidas poco se vieron afectadas, algunas grietas en los cielorrasos, como en la casa ayuntamiento, algún crujir del maderamen, pero nada más aconteció en los edificios inmediatos a las casas derruidas.

...se resentirían las relaciones y el contacto de unos y otros, dándose elite y suburbio, así como que los ricos no estarían mezclados con los pobres.
 En las razones que los descontentos exponían seguían razonando que se podía haber construido en un sitio como en el otro, si sólo se atendía al peligro de los terremotos. Su teoría era la de reconstrucción de las casas caídas en la parte de lo que hasta entonces era toda la ciudad, se daba hasta el valor agrícola y lo fértil que eran los terrenos de la Hoya del Ejido de toda la comarca y sus propietarios tuvieron que venderlos a la Comisaria Regia a su pesar, lo que se podía haber ahorrado reconstruyendo lo caído en el casco de Alhama, siguiendo el sistema de propietario de casa caída propietario que recibía una casa. Y daba la puntilla haciendo ver la separación del pueblo construido con el casco antiguo de la ciudad, precisamente, la plaza hoy existente en su totalidad que era un gran barranco, conllevaba separación de relaciones de comercio, división moral en la que se resentirían las relaciones y el contacto de unos y otros, dándose elite y suburbio, así como que los ricos no estarían mezclados con los pobres.

La Plaza a principios de los años sesenta

 Por último una apelación a intentar resolver la disparidad de criterios y realidades: “Un medio habrá todavía para remediar en parte esa separación. Entre el pueblo viejo de Alhama y el nuevo existente todavía hay un gran trozo de la cuenca del Ejido que se comenzaba a terraplenar y se requería a la Comisaria que concluyese las obras de atarjea solo unos metros, así como había que construir la cañería pendiente con urgencia y rellenar aquellos bajos si es que la Comisaria quería remediar en algo el error padecido al buscar terreno para la construcción de las nuevas casas” El Comisario Regio, que vino días antes de la inauguración, ya comprobó todo esto e indicó que se actuaría al respecto.

 Sí, si observamos la foto del día de la inauguración, vemos el gran barranco que quedó entre la parte vieja de Alhama y la nueva. Y la vuelta que había que dar para ir de una a otra parte del pueblo. Un tremendo barrizal en invierno y un terreno polvoriento en verano. Yo lo experimenté sesenta y tantos años después, y eso que se fue rellenando el barranco incesantemente con todos los cascajos de los mismos terremotos y de cuantas casas se fueron echando abajo o reparando desde entonces. Además de que a la carretea de Granada se le dio paso por alrededor de toda la plaza entrando por la calle Fuerte.

Ninguna calle o plaza se dedicó al Duque de Mandas.
 Bastante antes de finalizar las obras se pusieron nombre a las calles de la nueva ciudad: Alfonso XII (Plaza), Alonso de Córdoba, Baños, Bilbao, Cádiz, Caridad, Cataluña, Cuba, España, Esperanza, Filipinas, Granada, Loja, Madrid, Málaga, Ponce de León, Reconquista, Reina Mercedes, Reina Regente (Calle Ancha) y Remedios.

 Ninguna, como se observará, se dedicó al Duque de Mandas. Se dieron varias versiones a lo largo de los años: una, que él mismo cuando se le comunicara la denominación de una con su nombre no lo iba a aceptar por pudor, por ser arte y parte; dos, y más segura, que se tratase de un desquite, aunque por parte del Ayuntamiento sí se le nombro Hijo Adoptivo como Predilecto, que viene a ser protocolariamente lo mismo, ya que se podía haber insistido en la dedicación de la vía pública; y tres, que cuando informaron a la reina María Cristina, regente de España en nombre de su hijo Alfonso XIII, cómo a su marido se dedicaba la plaza principal y a ella la calle más amplia e importante, preguntó por la dedicada al duque de Mandas y se le dijo que nada, por lo que expresó que había que tener un reconocimiento en este orden con don Fermín.

 Trasladada esta indicación a Alhama, se aceptaba la misma, pero casi se hacía a chufla, se le dedicaba prácticamente un barranco y gran terraplén por el que se había efectuado una maltrecha vía de comunicación circundando casi todo el lugar para evitar barranco-terraplén y llegar al casco viejo de la ciudad.

Arriba y abajo, la misma vista casi siglo y medio después

 Día tras día los cascajos de toda Alhama fueron rellenando y conformando el lugar, donde ya en los años de mi niñez se podía jugar al fútbol y donde se ubicaban los circos así como las mismas ferias de ganado y otras diversas actividades que necesitaban amplio espacio.

 Ochenta años después, en 1967, un alcalde decidido y eficaz, que tan buena labor llevó a cabo en diversos órdenes, José Gómez Pérez, precisamente bisnieto del alcalde José Parejo Morán, el de la inauguración del nuevo barrio aquel 24 de junio de 1887, decidió y completó la urbanización del amplio terreno denominado “Plaza del Duque de Mandas”. Así, unos años después, bastante antes de transcurrir un siglo desde 1887, se convirtió en una de las plazas más bonitas y completas en todos los órdenes de Alhama. La que unió, hermosa y adecuadamente, el casco de la ciudad anterior al terremoto con el que se levantó después de éste.

¿Ha hecho justicia el transcurrir del tiempo a don Fermín de Lasala y Collado, DUQUE DE MANDAS? Personalmente, creo que sí.

El desprecio que se le hizo en su día dedicándole un barranco ha resultado con el tiempo ser el centro neurálgico de la ciudad

Fotos actuales: Pablo Ruiz Becerra.



 

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