Alba Machado, profesora de instituto es hija del que fuera alcalde de Ventas de Huelma y ATS en el Centro de Salud de Alhama, ha sido premiada por su proyecto 'El espejo de la lectura’
La sede de la Consejería de Educación en Sevilla fue el escenario elegido para la entrega de los premios del segundo certamen ‘Enseñamos a leer’, organizado por la Universidad Internacional de Valencia y la Fundación José Manuel Lara, en el que ha resultado ganadora, con el segundo premio, la profesora granadina de Lengua y Literatura, Alba Machado Carrasco. Sabemos también que Alba Machado Carrasco, natural de Ventas de Huelma, ha obtenido este galardón por el proyecto titulado ‘El espejo de la lectura. Antihéroes en la era digital’, desarrollado el pasado curso en el IES ‘El Temple’ de La Malahá.
Alba estudió hasta 5º primaria en el CEIP El Temple, en su sede de Ventas de Huelma, etapa que recuerda con muchísimo cariño. Estudios que continuó en el colegio Virgen de Gracia de la capital y posteriormente los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, concretamente Filología Hispánica, en lo que tuvo mucho que ver un profesor de Lengua, don José Ramón, recientemente fallecido al que me gustaría dedicarle un homenaje. «A mi ya me gustaba la Literatura pero él me ayudó a que creciera esa semilla. Después de finalizar Filología Hispánica tenía muy claro que me quería dedicar a la docencia, aunque me gustaba mucho la escritura por lo que realicé el máster de Educación Secundaria donde tuve también muy buenos profesores, entre ellos a Juan Mata que al igual que su mujer Andrea Villarrubia abogan mucho por el fomento de la lectura y que llevan la Asociación 'Entre libros', y me enseñaron muchísimas cosas».
Alba estudió hasta 5º primaria en el CEIP El Temple, en su sede de Ventas de Huelma, etapa que recuerda con muchísimo cariño. Estudios que continuó en el colegio Virgen de Gracia de la capital y posteriormente los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, concretamente Filología Hispánica, en lo que tuvo mucho que ver un profesor de Lengua, don José Ramón, recientemente fallecido al que me gustaría dedicarle un homenaje. «A mi ya me gustaba la Literatura pero él me ayudó a que creciera esa semilla. Después de finalizar Filología Hispánica tenía muy claro que me quería dedicar a la docencia, aunque me gustaba mucho la escritura por lo que realicé el máster de Educación Secundaria donde tuve también muy buenos profesores, entre ellos a Juan Mata que al igual que su mujer Andrea Villarrubia abogan mucho por el fomento de la lectura y que llevan la Asociación 'Entre libros', y me enseñaron muchísimas cosas».
Antes de realizar las oposiciones estuvo como Auxiliar de Conversación durante un año en Italia, concretamente en Sicilia. Al volver empezó a prepararse las oposiciones. Al mismo tiempo, en 2016, estuvo trabajando en el colegio de La Presentación de Málaga capital, «dos años muy buenos hasta que comencé a trabajar en la enseñanza pública en 2018, en el IES Arabuleila, en Cúllar Vega, otro centro al que le tengo muchísimo cariño. Ya el pasado curso estuve en el IES El Temple en La Malahá, en mi comarca y dando clase a alumnos que conocía desde que eran pequeños. Este curso mi plaza está en la localidad malagueña de Cancelada, anejo de Estepona, en el IES Profesor Tomás Hormigo». Cuando habla del proyecto galardonado señala que fue un momento muy especial pues tuvo noticias de este premio «en momentos muy duros, con la docencia a distancia. Fue un proyecto que estuve realizando con mucho trabajo y lo envié en marzo o abril. En unos momentos en que parecía que el mundo se iba a acabar, el reconocimiento a tu trabajo siempre es agradable y a mi me dio más ánimos para seguir adelante».
Lazarillo de Tormes en Instagram
También indica que con su proyecto 'Espejo de la lectura' ha pretendido que sus alumnos no se sientan tan lejos de los clásicos. «Para mi es fundamental el papel del profesor de Lengua y Literatura que tiene que guiar al alumno hacia esos textos. No podemos pretender que se entienda una obra de esa categoría, con 14 ó15 años, que con otra edad. La idea es que entendiesen que la literatura habla de su vida cotidiana pues muchas veces la ven como algo tan alejado que no les interesa. Yo traté de hacer el camino inverso reformulando lo que a mi me explicaron cuando yo tenía su edad para que lo viesen de otra manera». El primer trabajo consistió en un acercamiento al Lazarillo de Tormes y para que su lectura fuese más amena y lo conectasen con la realidad actual les explicó el concepto de intrahistoria y de cómo un personaje ficticio o no ficticio, que jamás hubiese aparecido en la Literatura pues no era importante, aparecía por primera vez y quería hacerles ver a los alumnos cómo todos tenemos necesidad, en alguna forma, de compartir las historias de nuestra vida. Ellos entendieron que si Lazarillo hubiese existido hoy su historia habría contado sus vivencias a través de las redes sociales. Por ello creamos ese perfil del Lazarillo de Tormes en Instagram en el que ellos mostraban la publicación que habrían hecho si hubiesen vivido como Lazarillo esas aventuras de supervivencia, con hastags actuales, con mucho humor, de manera que yo podía ver la comprensión que tenían de la obra al tiempo que la enlazaban con la actualidad».En Instagram hacían sus publicaciones sobre el capítulo leído metiéndose en la piel de Lazarillo y lo que diría si estuviese en estos días, «generando así una narrativa transmedia que está muy de moda porque la literatura puede estar en muchos formatos»
Experiencia que le ha valido las felicitaciones de sus pupilos. «La mayoría de los alumnos agradecen tu trabajo, y se dan cuenta cuando tratas de ponerte en su lugar y cuando tratas de enseñarles... ellos se dan y lo valoran»
El Quijote enfrentó se a las modas actuales
«Con el Quijote fue muy divertido porque al principio era una negativa absoluta a leerlo. Empezamos a leerlo en voz alta, les iba explicando cosas y planteando retos. Cuando hacía la analogía de ese antihéroe total que es don Quijote que quiere inventarse una vida nueva en la que vivir las aventuras de las novelas de caballerías. Les pedía que lo comparen con nosotros cuando intentamos imitar muchas veces a esos supuestos héroes que hay en las redes sociales, esos influencers, maldita palabra, que parecen que tienen vidas perfectas, porque son irreales como eran irreales eran los héroes de las novelas de caballerías. De eso entendieron muy bien que los molinos eran como un hashtags y don Quijote lo hacía con su fantasía. Él transformaba la realidad a sus ojos. Así entendieron muy bien una de las tantas lecturas que tiene el Quijote, y uno de los principales objetivos de Cervantes, por lo menos el que él expone de manera explícita: tratar de enseñar lo nocivo de esa moda, para él absurdas, de las novelas de caballería. Eso ayudo a los alumnos, creo, a poner en tela de juicio nuestro propio mundo, como nosotros muchas veces nos creamos objetivos irreales y seguimos modas que no nos hemos parado a pensar, si realmente es lo que queremos, si es lo que nos gusta lo que les ha servido para reflexionar sobre su propia realidad, que es lo que pretende un clásico pues como decía Italo Calvino, un clásico es lo que permanece en el presente a pesar del ruido mediático».
Audio-entrevista (18 m)
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