¿Era esto lo que queríais?


 Estabais hartos de restricciones y de confinamiento.

 Y la economía, que no se me olvide la economía, que España iba a la ruina total si la gente no empezaba producir y consumir para seguir produciendo, para seguir consumiendo. Y salir para hacer deporte y botellones y fiestas y una agitada vida social, como en la canción de Alaska, no sé si con los Pegamoides o con quien. Una gran vida social.

 Y lo de la pandemia era una conspiración de los Iluminati o el Club Bilderberg o la ONU, que, junto a la Fundación Bill Gates y su señora Melinda, crearon un virus comunista en un laboratorio chino para conseguir llevar a cabo los malévolos planes de dominio mundial. Y claro, los buenos españoles, muy españoles y muchos españoles (se le añora, Don Mariano) tuvieron que echarse a las calles del Barrio de Salamanca a pedir libertad, ni confinamiento, ni pollas en vinagre. Esto último lo decimos más bien en mi pueblo, que bonicos no somos, pero finos y bien hablados, tampoco.

 Pero no toda la culpa es vuestra, lógicamente, también quienes tienen el cometido de velar por que el personal sanitario pueda hacer su trabajo lo mejor posible, esto es, el gobierno y esos varios millones de políticos paniaguados que tenemos que mantener cada contribuyente, según las redes sociales que consulto para mantenerme al tanto de bulos, memes, memeces y otras cosillas análogas. También, cómo no, la culpa va a ser del gobierno, a ser posible de Pablo y Pedro o Pedro y Pablo por hacer caso de quienes tenían prisa y desconfinar antes de tiempo y de mala manera.

 Y así estamos cada día más cerca de las cifras del inicio que del final de la pandemia, y aún nos permitimos el lujo de criticar a quienes tienen el deber de luchar contra la pandemia y contra el resto de las enfermedades que aquejan a la doliente humanidad, que son muchas y no todas curables.

Pues bien, como gusto de mojarme y dar claramente mi opinión, al menos todo lo claramente que me permiten mis conocimientos de la lengua en la que escribo, lo voy a decir claramente.
 Doy todo mi apoyo al personal del Centro de Salud de Alhama de Granada y aconsejo a quienes me leen que hagan lo mismo y lo sigan en las redes sociales para estar al tanto de los consejos y recomendaciones que suelen dar. Y, sobre todo, hacerles caso, si vuestra salud os importa un pimiento, a mi la mía y la de los míos me importa y mucho.

 Y recordar que ni Raquel ni Teresa son las responsables de nada de lo que pasa, Si tenéis que despotricar y lanzar insultos, hacedlo en las urnas a la hora de votar y quitad de en medio a quienes creáis que son los responsables. Pero al personal, a todo el personal del Centro de Salud, dejadlos trabajar tranquilamente. Todo lo tranquilamente que pueden trabajar quienes sin ser responsables de actuaciones de gente de pocas luces, sí tienen la responsabilidad de hacer frente a todo lo que se nos está viniendo encima.

 También me comprometo con las decisiones del Ayuntamiento de Alhama de Granada y llevaré a rajatabla las recomendaciones que haga, no por miedo a la multa si no por responsabilidad y civismo. Lo cual no implica que mis desacuerdos ideológicos continúen. Pero a la hora de la responsabilidad y el bien común, toca a cada cual asumir su parte alícuota.

 Nos hemos equivocado todos en casi todo, pero lo bueno es que aún podemos rectificar y salir de esta situación lo más indemnes posibles.

 Salud. Que falta nos hace.




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