"AQUI YACE DON GARCIA MALDONADO CABALLERO DE CAIATRAVA CONQUISTADOR Y PRIMER ALCAIDE DE LA CIUDAD DE ALHAMA POR LOS REYES CATOLICOS FINO AÑO 1504".
Ahora que vamos recogiendo el contenido y significado de las tantas placas, monumentos y símbolos colocadas por toda Alhama, se me olvidaba una que, no siendo a propuesta mía, ha sido de las que más he hablado a lo largo de mi vida. Y, en su momento, tuve que aclarar ante infundios y desconocimientos que se hizo sobre la misma cierto “entendido” alhameño.
Oportuno es volver, tras tantos años, sobre la placa ahora que tratamos “piedras, cerámicas…, que hablan” y, como corresponde sobre el referido comentario al que hacemos referencia. Estoy seguro que serán muchos, muchísimo, los que se habrán preguntado sobre la misma y los que lo seguirán haciendo si no les llegaron mis trabajos anteriores al respecto u otra información histórica sobre la cuestión,
Durante mi niñez y primeros años de juventud tuvo para mí un cierto y lógico atractivo la lápida que, con el texto que acabamos de transcribir, está colocada en la capilla colateral que está junto a la entrada a la sacristía en nuestra iglesia parroquial. Coincidía que el nombre y apellido de este "primer alcaide" de mi Alhama eran igual que mis apellidos y, además, probablemente, como alguien que de esto bien sabía me apuntó, también fuese el primer Maldonado que se vincula a Alhama y de donde, prácticamente, venimos la mayoría de los Maldonados alhameños.
Pronto, seguro ya cuando tenia diecisiete años, al preparar y publicar mi trabajo "Alhama, histórica" en 1965, y mi primera conferencia con igual título año y medio después, febrero de 1967, observé que mi posible antepasado don García no había sido ni primer, ni segundo, ni tercero, y ni siquiera alguna vez, alcaide de Alhama, en el siglo XV, como sabe cualquier persona que se haya asomado mínimamente a nuestra Historia Local y, concretamente, a aquellos años del siglo XV. Pero, claro está: ¿por qué estaba esa lápida ahí y con ese error histórico?
Quizás, estoy seguro, que esto me lo hubiese aclarado, y bastante bien, mi inolvidable padre, pero al morir él cuando yo acababa de cumplir diez años y no dejar nada escrito sobre esto, por ahí no podía ya encontrar la respuesta a la pregunta,
Pasaron algunos años, y ya profundizando en la historia de Alhama y en cuantos acontecimientos tuvieron relación con ella entre su toma, 1482, y el fallecimiento de don García Maldonado, 1504, como dice la lápida, encontré la que considero que es la respuesta, la que ahora, teniendo que volver a destruir -históricamente- esa lápida que me atraía, vuelvo a dar a conocer, como ya hice en 1994 y en algunas otras ocasiones.
La Guerra de Granada, 1482-1492, la que se inicia con la toma de Alhama por sorpresa en la última noche de febrero de ese primer año, fue una contienda de alternativas, comprendiendo ello escaramuzas, emboscadas, asaltos y ataques inesperados por y en contra de ambos contendientes.
Estas situaciones y hechos se producen también, y de una forma constante, entre los castellanos que defienden Alhama y los musulmanes del castillo de Zalia, el que dominara el acceso hacia el Boquete de Zafarraya y protegía la Axarquía veleña. Zalia -también conocida a lo largo de la historia por las denominaciones de Zalea, Azaleha, Alzaleha, Sálehah, Caleña, Calea,...- era entonces una estratégica e importante fortaleza que, por su emplazamiento natural, vigilaba y amparaba la ruta de penetración de las costas malagueñas al corazón del Reino de Granada y viceversa.
Los moros de Zalia preocupaban y molestaban a los cristianos de Alhama, man-teniendo un permanente estado de guerra con la guarnición de nuestra ciudad. El mismo Hernando del Pulgar, lo recoge con estas palabras: "Los moros de Zalea, tan cercanos a Alhama, se ponían en los lugares encubiertos y hacían asaltos, mataban y cautivaban a muchos reos a los cristianos que salían de la ciudad, y por esta causa los constreñían a estar acogidos, que no osaban salir de ella salvo con grandes guardas".
Concretamente en el otoño de 1484 se produce un hecho que encona aún más la ya difícil situación. Cristianos de Alhama atacan por sorpresa un cortejo nupcial que había partido del castillo de Zalia, dándose la situación de que los atacados salen huyendo dejando sola a la novia, volviendo después contra los de Alhama y sufriendo los mismos, los de Zalia, una gran derrota, más de ochenta muertos y más de treinta cautivos, y teniendo los castellanos la posibilidad de hacerse con la fortaleza de Zalia, no lo hicieron entonces tras haber tenido tan duro enfrentamiento.
Un año después, ya en los primeros días del otoño de 1485, llega a Alhama un vecino de Zalia que se decía hijo de una cristiana y quien ofrece a don Gutierre de Padilla, clavero de Calatrava y entonces capitán mayor y alcaide de Alhama, la posibilidad de que se haga con el castillo de Zalia con la ayuda de un hermano quien, desde el interior de esta villa, propiciaría el acceso de las tropas cristianas a la misma.
El capitán mayor de Alhama desconfía de este moro traidor, sospechando que podía tratarse de una peligrosa emboscada. Así, dice a éste que vuelva a Zalia y que concrete todos los pormenores con su hermano y que vuelva después a Alhama.
Vuelve el musulmán y observando don Gutierre que el ofrecimiento del de Zalia es cierto, decide la expedición para la toma del referido castillo y, sorprendiendo en la noche a sus defensores, tras una dura lucha, se hace con la estratégica e importante posición convirtiéndose en cristiana para atacar y llevar a cabo constantes escaramuzas contra los musulmanes de Vélez-Málaga y toda esta extensa zona de la Axarquía.
Cuando sucede la toma de Zalia, el rey Fernando el Católico se encontraba en Jaén, precisamente disponiendo la forma de abastecer más adecuadamente las necesidades de la guarnición que defendía Alhama, y al tener noticia de la nueva conquista ordena que se envíe inmediatamente una gran expedición de abastecimiento también para Zalia.
En la toma de Zalia tuvo una excepcional participación, poniendo de relieve su valentía y coraje, una persona especialmente querida y protegida por el capitán mayor de Alhama, paisano suyo y que con él había llegado a Alhama cuando ésta se conquista, don García Maldonado, desempeñando el cargo de capitán entre sus tropas.
Don García Maldonado, verdadero conquistador de Zalia, es nombrado por don Gutierre primer alcaide de esta fortaleza, recibiendo, además, doscientas fanegas de terrenos de ésta así como la administración de otras cien más y un buen número de olivos al ostentar la tenencia del castillo, lo que hizo que mi posible antepasado, en estas tierras malagueñas, se convirtiese en el segundo terrateniente de toda la comarca, además de que ya contaría también con importantes bienes en la misma Alhama.
De este modo, querido amigo lector, aunque yo me quedé sin aquel pequeño orgullo de mis años de niñez de que un don García Maldonado había sido el «primer alcaide" de Alhama, creo que con esta aclaración, en este sentido, la historia se sitúa en donde corresponde, por encima de deseos y planteamientos emocionales, aunque me queda el hecho histórico de que, por Alhama y participando decididamente en ello un Maldonado, la importante fortaleza de Zalia pasó a ser de la Corona de Castilla, teniendo por primer alcaide -aquí y entonces sí- a don García Maldonado.
Volviendo a aclarar todo esto, queda por saber el por qué del texto de la lápida que se encuentra en nuestra iglesia mayor. Hasta que lo conseguí, simplemente, porque, un día de agosto de 1954 llegaron a Alhama descendientes de la familia de don García Maldonado que había quedado en Campos de Calatrava, todos ellos encabezados por don Ramón José Maldonado y Coca, académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes, residente en Almagro, quienes, creyendo que el histórico antepasado de donde había sido "primer alcaide" era de aquí, no dudaron en solicitar la colocación de la referida lápida y a lo que, con el error histórico expuesto, se accedió sin una mínima comprobación. De haberle preguntado a mi padre hubiesen salido de dudas o de la infundada certeza.
El primer alcaide de Alhama una vez tomada, fue don Diego de Merlo, adelantado de Andalucía, de acuerdo con don Rodrigo Ponce de León, conquistar de la ciudad; el segundo, el gran señor de Palma, Luis Fernández Portocarrero, cuñado del Gran Capitán y héroe después en Italia; el tercero, Luis Osorio, arcediano de Astorga y después obispo de Jaén; después el legendario conde de Tendilla, don Iñigo López de Mendoza,…, en fin, que de García Maldonado, nada.
En relación a esta lápida y probablemente a esta ignorancia de alcaides, hace tan sólo unos años se escribió y publicó: "Otro elemento que confirma la existencia de documentación fuera del archivo es la inscripción relativa al alcaide García Maldonado en la iglesia mayor. Años atrás, observamos que, en la parroquia, en uno de los altares colaterales se encontraba una inscripción que dice así: AQUI YACE don GARCÍA MALDONADO CABALLERO DE CALATRAVA CONQUISTADOR Y PRIMER ALCAIDE POR LOS REYES CATÓLICOS FINO AÑO 1492". El estado novísimo de aquella piedra denunciaba su colocación reciente, el entonces párroco nos informaba que había sido instalada por parte de un hijo de la ciudad".
Si se refería a mi padre, volvía a estar equivocado. Si es a mí, sí he tenido el honor de participar o colaborar en la práctica totalidad de cuantas placas hay colocadas por toda nuestra Alhama, por iniciativa, intervención o consejo mío –unas cuarenta entre placas y símbolos en estos últimos cincuenta años-, lo que contribuye al alto sentido de gratitud de los alhameños y de su pueblo, al dar testimonio permanente hacia personas o hechos históricos que para la práctica totalidad son un verdadero orgullo. Por lo demás, en relación al texto transcrito, sin comentarios. El lector volverá a sacar sus conclusiones.
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