En la religión católica existen tres Revelaciones o Epifanías que representan las tres grandes manifestaciones que se produjeron durante la vida terrenal de Jesús de Nazaret.
Señor director, para remitir a mi querido amigo y maestro Andrés:
Deseo hayas disfrutado de unas fiestas Navideñas maravillosas, así como de un cambio de año feliz y esperanzador. Ahora nos toca poner fin a esta terna de celebraciones, lúdico-religiosas, generadas alrededor del Solsticio de Invierno, celebrando la Epifanía de los Reyes Magos, tradición esta con una carga emocional y mágica de la que disfrutan especialmente los más pequeños, pero también los adultos en su doble rol de beneficiarios y mantenedores de la tradición.
En la religión católica existen tres Revelaciones o Epifanías que representan las tres grandes manifestaciones que se produjeron durante la vida terrenal de Jesús de Nazaret, a saber: La Epifanía de los Reyes Magos (manifestación para los Paganos), la Epifanía de su Bautismo en el Jordán oficiada por San Juan El Bautista (manifestación para los judíos) y la Bodas de Caná (manifestación para sus discípulos).
La Epifanía que el día 6 de enero celebraremos, aparece relatada en la Biblia, dentro del Nuevo Testamento, sólo en uno de los cuatro evangelios que contiene, concretamente en el Evangelio de San Mateo Capítulo 2, versículos 1-12: <Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino>. |
Supongo que habrás observado que, en este relato bíblico de los Reyes Magos, no se habla ni de su número, ni de su raza, ni de su género, ni de su origen concreto, ni siquiera de su condición de Reyes. Pero si bien es cierto que está referencia a los Magos de Oriente es la única existente en el Nuevo Testamento, no es menos cierto que existe una referencia muy concreta y con bastantes parecidos en el Antiguo Testamento, concretamente en el Libro del Profeta Isaías, 60: <Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; ¡la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti. Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor>. |
No habría que descartar que cuando San Mateo, entre los años 80 y 90 D.C escribió su Evangelio, como buen judío, hubiera leído el Libro de Isaías Ben Amoz, escrito por este unos 700 años antes del Nacimiento de Cristo que era el primero de los Nevi'im en el Tanaj Judío, además de ser el primero de los Profetas Mayores en la Biblia Cristiana.
Los Evangelios, como hemos visto, no concretan ni el número de sabios o magos ni sus razas. Fue en el siglo V cuando el Papa León I decidió oficialmente que los Reyes Magos fueran tres, uno por cada una de las ofrendas realizadas al Hijo de Dios: Oro, Incienso y Mirra. Este número puede que fuera escogido por su relación con el Misterio de la Santísima Trinidad.
El Papa Benedicto XVI, fallecido hace pocas horas, fue autor de un gran Best Seller 'La infancia de Jesús' que aporto nuevas consideraciones a este tema. Sí, gracias a él nos enteramos, según su texto, que los Reyes Magos de Oriente eran más bien de Occidente, o al menos del occidente conocido entonces, concretamente de Andalucía, exactamente de Tarsis o Tartessos, una región que los historiadores sitúan entre Huelva, Cádiz y Sevilla.
Según Benedicto XVI, la Iglesia ha interpretado los pasajes del nacimiento de Cristo utilizando salmos y textos anteriores, donde se nombra a Tarsis en repetidas ocasiones.
"Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres Sabios de Oriente se han convertido en Reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios", escribe Ratzinger. "La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartessos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa".
El Papa remite a los textos de Mateo e Isaías para fundamentar su argumentación, pues son los que hablan de los Reyes y naves llegadas desde Tarsis.
Tartessos (en griego antiguo, Τάρτησσος Tártēssos; en latín, Tartessus) es el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico que se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península ibérica, así como en la de Badajoz durante el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego Betis (Guadalquivir).
Tendrá algo que ver aquella peregrinación que los Reyes Tartesos realizaron desde las riberas del Guadalquivir, con la tradición romera que persiste, aún hoy, en esas mismas tierras.
¿La Epifanía de los Reyes Magos, será una de las muchas ficciones creadas por la humanidad con fines pedagógicos y socializantes o será una verdadera manifestación del nacimiento del Mesías?
Siempre podemos optar por creer o no creer, por hacer buena la Teoría de las dos verdades de Santo Tomás: "<Al estar presente el infinito de Dios en nosotros como idea, la prueba de la existencia de Dios no es una conclusión causal de la mera contingencia a un reino ontológico completamente diferente. Por lo tanto, la conclusión es válida>"... o por negar cualquier evidencia de un Ser Transcendente.
Dos de los primeros hombres en volar al espacio fueron Gagarín y Jhon Glenn, el primero de ellos cuando estuvo arriba transmitió: "No he visto a ningún Dios aquí arriba", mientras que el segundo al volver comento: "Que el orden que había encontrado en el espacio había sido para él una muestra de que Dios existía".
En su Discurso del método, Rene Descartes afirma que Dios nos dio la posibilidad de distinguir lo verdadero de lo falso. ¿Puede ser esta una condición previa para buscar la verdad?...
Querido amigo, las universales fabulas de Esopo como "La cigarra y la Hormiga" o "La liebre y la tortuga", son una ficción... ¿Pero su lectura y comprensión enaltece o perjudica nuestros valores humanos?
¿Creer en la Epifanía de los Reyes Magos enaltece o perjudica nuestros valores humanos?
<Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero>
Isaías 60:1
FELIZ DÍA DE LOS REYES MAGOS, para ti y todos tus seres queridos.
Un abrazo muy fuerte.
Francisco Cuns Tomé.
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