Matías Prats, visitó Alhama con ocasión de la Velada y dio una emotiva charla |
María José López Muñoz, teniente-alcalde de Cultura en aquel año de 1997, en la imagen con su esposo Lorenzo Canales |
SIN DUDA ALGUNA
El argumento esencial que empleé e hice llegar a la totalidad de los domicilios alhameños, siempre fui amigo de que, publicaciones y circulares sobre actos a celebrar en nuestra ciudad, debían llegar a la totalidad de los alhameños domicilio por domicilio, fue el siguiente: “Han transcurrido cinco siglos de nuestros romances y jamás le hemos manifestado, que se sepa y como correspondía y sigue correspondiendo, la enorme gratitud que los alhameños de todas estas centurias les debemos a ambos al “¡Ay de mi Alhama! y al “Moro alcaide, moro alcaide”, especialmente al primero. Por ello ahora, en alguna medida, nos sentimos plenamente gozosos al ver que Alhama, dentro de sus posibilidades, quiere reconocer y reconoce, ya que pagar es imposible por lo elevadísima de la misma, tan histórica y hermosa deuda”.
Dibujo de F. Salé que ilustró el “¡Ay de mi Alhama!” |
RENOMBRE Y ATRACTIVO HISTÓRICO
Tan sólo el “¡Ay de mi Alhama!”, “ahora que tanto se habla por todo lados de campañas globales de publicidad e imagen que hay que llevar a cabo para dar a conocer y promocionar cosas y lugares, ha dado posiblemente más renombre y atractivo histórico y literario a nuestra ciudad que cualquier otro hecho o acontecimiento.
¿Cuántas y cuántas ciudades y tierras nos han envidiado a lo largo de estos últimos cinco siglos, y siguen haciéndolo, porque los romances distinguieron a Alhama de la bella e inigualable forma que lo hicieron?
Cientos de miles y miles de personas, generaciones enteras siglo tras siglo, millones de seres humanos de todos los continentes en el transcurrir de más de quinientos años, tuvieron noticia y siguen teniéndola hoy día de la existencia de Alhama por medio de nuestros romances y, con ellos, sobre todo y más en concreto, por el “¡Ay de mi Alhama!”, han cantado y bailado, han vivido momentos inolvidables y emotivamente deliciosos con este poema.
Y a pesar de esto, me lamentaba en busca de mi propósito -lo que con María José no fue lo más mínimo necesario-, nosotros, los alhameños como pueblo, no les hemos dado el reconocimiento que les debemos. Sí, sentimos, si se quiere, afecto por ellos y en algunos casos ese sentimiento es enorme y elevado pero jamás, que sepamos, nos hemos reunido para expresárselo todos a una, como en cualquier ocasión hubiese correspondido y sido oportuno.
Ahora -seguía-, por fortuna, en nuestra histórica Plaza Real de Alhama, la que ha sido singular testigo del vivir y del acontecer alhameño de estos últimos cinco siglos, vamos a hacerlo. Y lo vamos a hacer viviendo y resaltando el “¡Ay de mi alhama!” y el “Moro alcaide, moro alcaide”, como algo propio de nuestro ser y de nuestro espíritu de alhameños por nacimiento o afecto a esta ciudad y tierra.
Mapa del Reino de Granada en 1480 realizado por Laredo Quesada |
AMOR Y RECONOCIMIENTO
He aprendido y sentido a lo largo de toda mi vida que cuando las personas pueden sentirse más dichosas es en aquellos momentos que manifiestan sincero amor, justa gratitud y desinteresado reconocimiento. Aquí en el sentido que hablamos, se ha de dar y se da todo esto, porque cuando ello lo expresamos a las cosas esenciales e inequívocamente alhameñas, se lo estamos haciendo a la misma Alhama, a esta realidad que está muy por encima de ciertas pequeñeces y de ridículas situaciones y actitudes, en ocasiones jocosas y, en otras, tristemente lamentables.
Que jamás puedan decirnos a los alhameños, como alguien apuntó hace tiempo, que una de las suertes del “¡Ay de mi Alhama!” es el hecho de ser de autor anónimo, ya que de haberse sabido el nombre del mismo y de ser este español, hubiésemos llegado a minimizar el romance por no destacar a nuestro compatriota. Por supuesto que esto es un decir, no una realidad. Nuestro orgullo por el “¡Ay de mi Alhama!” lo deja bien claro.
Por ello, desde aquí, desde la Alhama noble y agradecida, allí donde se encuentre nuestro anónimo autor, comenzando por el mismo espíritu que dejó impregnado en sus romance, nuestro reconocimiento y gratitud imperecedera, haciéndolo en nombre de los alhameños de hoy, de los de estos últimos cinco siglo y estoy seguro que ya lo irán haciendo cada año, como se ha venido efectuando desde hacer 25 ediciones.
Así,-decía más adelante- esta I Velada “Alhama, Ciudad de los Romances” es, sobre todo, una forma de aunar nuestro sentimiento de alhameños y de y para siempre, reencontrarnos con lo mejor de nuestra historia para tomar un nuevo y renovador impulso que abra a nuestra ciudad nuevas y fructíferas sendas literarias y culturales en general, tanto en lo material como en lo espiritual.
Composición Musical sobre el “¡Ay de mi Alhama!” en el “Delphin de Música”, 1538, de Narváez |
GRABADO MONUMENTAL
Bastante tiempo antes de la propuesta a María José López de la puesta en marcha de las Veladas de los Romances, teniendo especial interés en ello también Gerardo Molina Gómez, quien tenía una idea similar en relación a plasmar el romance en un lugar apropiado de la ciudad, presenté el boceto de propuesta de la realización de un gran mural en cerámica que, precisamente conjuntase el “¡Ay de mi Alhama!” con el magnífico e igualmente impagable grabado realizado sobre Alhama por Joris Hofenagel, en 1564. Pedimos presupuesto, estuvimos a punto de conseguir que se ubicase en donde está el anacrónico y lamentable escudo de piedra que hay en la fachada del Ayuntamiento, del que hemos solicitado su retirada desde que lo vimos ahí por vez primera hace ya demasiados años, y donde después colocamos la placa conmemorativa de los dos siglos del “Desastre de los franceses contra Alhama y sus habitantes” aquel Día de la Candelaria, el 2 de febrero de 1810.
Por supuesto que no perdemos la ilusión y, en el lugar apropiado, Alhama cumplirá tanto con el anónimo del romance como con el gran Joris Hofenagel. Romance con grabado, uno de finales del siglo XV y el otro de hacia mediados del XVI, exactamente 1564, será otra de las originalidades excepcionales e históricas que nuestra ciudad pueda con tanto simbolismo de siglos ofrecer a propios y extraños, para orgullo de los alhameños y atractivo de visitantes. Comencemos a hacerlo una gran realidad, el prepuesto es bastante menor que el del Monumento a Isabel la Católica y bastante más al del Monumento a la Solidaridad Universal en la figura de Alfonso XII, otras dos enormes ilusiones que en alguna ocasión pensamos no ver realizadas, pero ahí están, para sano orgullo histórico de Alhama y los alhameños en general.
Histórica panorámica de la Alhama del siglo XVI, realizada por Joris Hoefnagel, en 1564 |
PLAZA DE LOS PRESOS O REAL
La I Velada, que se le dio la denominación de Velada Artístico-Poética “Alhama, Ciudad de los Romances”, tuvo lugar en la Plaza de los Presos -también con denominación oficial de Real-, la que comenzamos a recuperar para esta clase de actos, realmente inigualable y apropiada para ello, que quedo totalmente abarrotada de personas.
Iniciada a las once de la noche, fuimos sus primeros mantenedores y coordinadores de la misma María José López Muñoz y yo, que la abrimos hablando un poco de “Nuestros romances fronterizos”, intentado simplemente dar una pequeña explicación de lo que eran y su historia, así como de lo que pretendíamos, todo excelentemente por el buen público asistente del que recordamos tantas personas y amigos que se han marchado definitivamente en este último cuarto de siglo.
Tras la breve introducción sobre “Nuestros romances”, actuó un experto rapsoda que, nacido en Puente Genil, vivía en Málaga y era el padre de un excelente amigo y compañero en la abogacía, teniendo muy justa fama en toda la Costa del Sol como en varias provincias andaluzas, Paco Franco, quien tuvo la amabilidad de dedicar varios días a hablar conmigo y empaparse los romances, el enfoque de la Velada y la historia del Alhama en la Guerra de Granada. Fue justa y calurosamente aplaudido por los cientos de personas asistentes.
Después, presentamos “Flamenco y romances” y ahí, jamás lo olvidaré, mi amigo Paco, Paco Moyano, casi desde que nació, fuimos varios años vecinos, y siempre amigos, además de efectuar distintos cantes relacionados con romances, cantó un “¡Ay de mi Alhama!”, acompañado a la guitarra por Marín Perea, verdaderamente desgarrador y lleno de arte flamenco, que creo que aún está resonando en la Plaza de los Presos, al menos en mi corazón sigue asiéndolo así y lo hará hasta el último de mis días.
Y lo que podíamos denominar segunda parte de esta primera Velada, ya acercándonos más a la mismísima época del a música propia de aquellos años en los que se iban extendiendo por toda Europa, a la vez que el dominio español, ofrecimos la actuación especial de “Arte Factum -De la Taberna a la Corte”, donde el buen público alhameño observó muy profundamente que ni el aburrimiento ni la solemnidad cuasi-litúrgica que envuelve los conciertos son características de la música antigua, bien lo dejaron claro hasta por escrito, y que ningún juglar ni ministril usó jamás chaqué, consiguió devolver al repertorio medieval la frescura y la espontaneidad de las composiciones que se interpretaron, sin renunciar por ello al rigor y a las conquistas de la moderna investigación musicológica.
Todo ello por medio de una concepción abiertamente plástica de la puesta en escena que se sumó al atractivo visual y sonoro de los instrumentos, todos ellos copias de los originales de las épocas, la propuesta de Arte Factum fue y lo consiguió, en definiría, un verdadero viaje a través de la Edad Media: por sus bulliciosas tabernas y por el recogimiento de sus monasterios,
Por fétidas y heladas calles y por cocinas cálidas y aromáticas… desde luego, sin los riegos de contraer la peste negra o sufrir un proceso inquisitorial por herejía. Un grupo artístico constituido por cinco personas que sorprendieron llevándonos a siglo ya lejanos y que hicieron que la iglesia de Santa María de la Encarnación, con su singular torre como vigía permanente de siglos, fuese el mejor escenario que podía tener una Velada Artística de estas características dedicada a agradecer e ir pagando deudas de siglos.
El gran cantaor alhameño Paco Moyano |
PUBLICACIÓN CONMEMORATIVA
Desde esa primera edición, tras las correspondiente palabras de gratitud por parte del alcalde de la ciudad, José Fernando Molina López, así como de quienes habíamos intervenido como mantenedores, María José López Muñoz y quien estas líneas escribe, se ofreció a la totalidad de los asistente una, creo que interesante y apropiada a la noche, publicación sobre la Velada en la que se incluía una extensa síntesis, más de ochenta páginas, dedicada a “Los romances y Alhama” de la que tuve el honor de ser su autor y comprendía, además de todo cuanto tenía que ver con la Velada y la reproducción de los mismos romances alhameños, el siguiente contenido: I.- Más de cinco siglos, II.- Los romances, III.- Los romances fronterizos, IV.- Un acontecimiento para el romance, V.- Romances para Alhama, VI.- Música para los romances, VII.- La Ciudad de los Romances, VIII.- Los viajeros y la ciudad de los romances, IX El romance y el romanticismo, y X.- Una gratitud Imperecedera.
Nada más que relacionar los Invitados de Honor de cada año, comenzando por aquel día que tuvimos al legendario periodista y locutor a Matías Prats, padre, con la emotiva y simpática charla que además nos dio en el salón de actos del Ayuntamiento, y hablar de que el próximo sábado tenemos como tal a la rectora magnifica de la Universidad de Granada, la doctora, profesora y singular científica, tan querida por todo esta comarca, como es Pilar Aranda Ramírez, es suficiente para estar satisfechos en esta vigésimo quinto edición y compromiso ineludible para seguir adelante en cuanto culturalmente o de cualquier otra forma puede beneficiara a Alhama y a toda nuestra comarca.
Portada del primer libro publicado para ser obsequiado a todos los asistentes a la I Velada |
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