Sobre la tierra esparces la simiente y abonas confiado. Sobre tierra que mimas día a día, esperando su fruto ilusionado.
Ay de ti, labrador
Ay de ti, labrador,
que trabajas tierra propia o ajena.
Jornadas de sol a sol,
regando con tu sudor
la esperanza que ahora siembras.
Sobre la tierra esparces la simiente
y abonas confiado.
Sobre tierra que mimas día a día,
esperando su fruto ilusionado.
Caro pagaste el sustento
de esa tierra que labrabas
a un precio que te impuso el vendedor.
Ahora aceptas sumiso
el precio que a tus productos
impone algún comprador.
¿Quién repartió las cartas?
¿Quién te obligó a jugar esta partida?
¿Quién decide tu suerte?
¿Quién juega con tu vida?
Levantad vuestra voz,
agricultores,
levantad vuestra voz.
Y a aquellos que manejan los destinos
desde caros sillones
de suntuosos despachos,
gritadles que la tierra es nuestra vida,
que la vida es el campo.
Santa Cruz, marzo 2020
Luis Hinojosa D.
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