Ante mis ojos, caminos y veredas por las que nadie pasa. Calles vacías, por las que ahora el tiempo perezoso se arrastra.
Pienso en tesoros
Ante mis ojos,
caminos y veredas
por las que nadie pasa.
Calles vacías,
por las que ahora el tiempo
perezoso se arrastra.
No sé por qué,
se me nublan los ojos.
Y una vez más,
igual que tantas otras,
pienso hoy en tesoros.
Pienso en tesoros….
en aquellos que al alcance tuvimos
y, tal vez, no supimos valorar.
Pienso en abrazos….
abrazos que nos dieron y que dimos,
abrazos que hoy añoro y necesito,
abrazos de verdad.
Pienso en los besos….
en aquel beso envuelto en tu sonrisa
que hoy no me puedes dar.
El beso porque sí.
Y hasta en el beso triste,
beso de despedida,
que, mezclado con mi pena y mis lágrimas,
paciente esperará.
Y pienso en risas,
en charlas entre amigos
compartiendo un café.
Y en aquellas comidas familiares,
con gritos de chiquillos
que sufrí y disfruté.
Grandes tesoros
que en las manos tuvimos sin saberlo;
tesoros que perdimos
nadie sabe por qué.
Pero algún día,
cuando otra vez sean nuestros,
porque, estamos seguros, lo han de ser,
habremos aprendido
cuántas riquezas ofrece la vida,
que no sabemos ver.
Santa Cruz, abril 2020
Luis Hinojosa D.
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